Hasta hace un par de meses, el Funplex -nuestra oficina- sólo contenía un montón de cajas y un par de enormes tableros de IKEA que saqué de casa y se quedaban con todo el espacio disponible.
Cuando por fin sacamos tiempo para redecorar nuestra vida y nuestra oficina, publiqué un tweet para ver si nuestras antiguas mesas podían ser útiles a algún camarada del metal.
Y a la llamada acudió Cesar García, dispuesto a que los tableros vivieran una segunda juventud como parte del Makespace Madrid, un espacio que es como un parque temático para gente a la que le guste cacharrear, como el propio Cesar explica mejor que nadie:
Pero Cesar no vino a recoger las mesas con las manos vacías. En una traía un destornillador y, en la otra, un regalo para agradecernos el detalle de ceder las mesas: una botella de Txomin, una cerveza open source.
¿Qué carallo es una cerveza open source?
En realidad, el termino es mio. Considero a Txomin una cerveza open source porque sus creadores tienen un blog en el que van publicando todo lo necesario para que tu mismo produzcas cerveza artesanal. Porque celebran talleres todos los viernes en los que aprender a crear tu propia cerveza. Y, sobre todo, porque comparten las recetas y herramientas que utilizan para fabricarla.
Txomin es una muestra de cómo la ideología hacker y open source puede trascender el software y llegar a muchas otras facetas de nuestra vida. Unas ideas con la que muchos hemos crecido, hasta verlas como algo natural y que, sin embargo, es un tesoro que debemos cuidar y preservar.
Empecé a colaborar con mi Comunidad por vergüenza. Vergüenza de todo lo que estaba obteniendo de ella (artículos, tutoriales, foros de ayuda…) sin dar nada a cambio. Y, si he aprendido algo en los más de 10 años que llevo en esto es que, lo que le das a la Comunidad, esta te lo devuelve con creces.
Ojalá alguien empiece pronto a fabricar helado open source…