Si damos por supuesto que un empleado no es un chimpancé y que motivado rendirá mucho más, enseguida llegamos a la conclusión de que, para conseguirlo, necesitaremos algo más que plátanos.
Uno de los enfoques aplicados para resolver este problema es tratar a los trabajadores como clientes internos: intentando satisfacer sus necesidades como empleados, con el mismo cariño y cuidado que se dedica a los clientes tradicionales.
El Marketing Interno engloba todas las acciones destinadas a potenciar los valores de una compañía entre sus propios empleados y a recordar a los mismos sus valores y objetivos principales.
Aprendamos con un ejemplo: de nada sirve gastar paladas de dinero en publicidad y patrocinios si no hemos sido capaces de explicar a nuestros compañeros por qué vamos a emplear nuestros beneficios en ese tipo de acciones de marketing en vez de subirles el sueldo.
Si vamos a patrocinar un evento, expliquemos como ese esfuerzo mejorará la imagen de la compañía y, por extensión, de los empleados de la misma. Y por qué tiene sentido en un plan general que trasciende al propio empleado: conseguir más visitas a nuestra página web, apoyar el lanzamiento de uno de nuestros productos o conseguir más contactos en una zona geográfica concreta, por ejemplo. El marketing interno no tiene como misión informar, sino convencer.
[quote]todo esto es una tontería. La gente ya tiene un objetivo concreto: no ser despedidos y cobrar su nómina a final de mes[/quote]
Aún recuerdo mi escepticismo al leer una descripción de la empresa como «una organización social que persigue un objetivo común que sea económicamente viable» más allá de una iniciativa privada del empresario. Pero, lo cierto es que, la mente humana tiende a resistirse al trabajo sin un objetivo concreto. Así que, parece una buena idea proporcionarle un objetivo a tus empleados.
Siempre habrá un iluminado, condicionado y educado por una sociedad con un alto índice de paro como la española, que llegará a la revolucionaria conclusión de que: «Todo esto es una tontería. La gente ya tiene un objetivo concreto: no ser despedidos y cobrar su nómina a final de mes«.
Y, lo cierto es que… ¡el iluminado tiene razón! Si quieres empleados que únicamente estén motivados y actúen pensando en defender con uñas y dientes su puesto de trabajo, el razonamiento es correcto. Otra cosa es que se te haya pasado por la cabeza que colaboren entre ellos.
¡BOLA EXTRA!