La imaginería popular identifica a los programadores con seres asociales capaces de teclear código a la velocidad de luz. Nada más lejos de la realidad. Salvo contadas excepciones, los técnicos suelen ser bestias sexys… que no utilizan todos los dedos de las manos para trabajar.
Es inaudito, pero mientras muchos siguen justificando la enseñanza de materias tan variadas como la Física o la Contabilidad en la Ingeniería Informática -para que los estudiantes «estén preparados para cualquier cosa que se puedan encontrar«- no conozco ninguna Escuela Técnica donde enseñen mecanografía.
No es que crea que la calidad de un desarrollador se pueda medir por el número de pulsaciones por minuto que es capaz de conseguir, pero escribir sin tener que llevar la mirada del monitor al teclado y viceversa puede ayudarnos a aumentar nuestra productividad de una manera significativa. No sólo porque tecleemos más rápido, sino porque, cada vez que apartamos la vista de nuestro trabajo es una oportunidad para despistarnos e interrumpir nuestro flow.
La mecanografía y yo
A principios de año, escribí un pequeño artículo con mis 5 objetivos para el 2011. Aunque los otros cuatro puntos progresen adecuadamente, el cuarto, mi enésimo intento por aprender mecanografía, está más que retrasado, abandonado.
Podría justificarme diciendo que en estos últimos 9 meses todo ha cambiado: nuevo trabajo, nueva vida… ¡Maldita sea! ¡Si hasta escribo en otro blog! Pero no serían más que nuevas excusas para no intentarlo siquiera.
Mi plan maestro
Quedan 3 meses hasta final de año para intentar utilizar con criterio los 10 dedos de las manos. ¿Quieres saber cuál es mi plan maestro para lograrlo?
- Elegir un programa de mecanografía que me enseñe la mecánica básica. En mi caso, Ten Thumbs Typing, porque está disponible para Mac y, sobre todo, porque tiene un humor vikingo. Algo que, como ya sabéis, es muy importante para mí.
- Dedicar un pomodoro al día para la mecanografía. No sólo porque así obtenga un espléndido pareado, sino porque no creo que pueda encontrar ninguna excusa para no dedicar un pomodoro -25 minutos- a practicar diariamente. Eso sí, no será cualquier pomodoro, será el primero. Como un requisito impuesto y necesario para poder hacer el resto de mis tareas.
- Motivarme jugando con los amigotes. Hay trillones de sitios con juegos online para aprender mecanografía, pero Type Racer es el definitivo. Permite competir con tus amigos en partidas privadas sin necesidad de registrarte. Una quedada semanal para hacer carreritas y quitarle las pegatas a Jeroclo, Vilches o Vellebue puede ser más que suficiente para mantener el interés.
No sé si lo conseguiré, pero por lo menos voy a intentarlo. ¿Quién quiere programar como el Capitán Garfio cuando puedes ser un hacker tan chulo como Hugh Jackman en ‘Operación Swordfish‘?
En cualquier caso, si no tienes tiempo o ganas para convertirte en un virtuoso del teclado, siempre te quedará HackerTyper para impresionar a tu chica, chico o mascota. Escribas la tontería que escribas, en la pantalla siempre aparecerá algo con lo que podrás tirarte el pegote. De nada.