El pasado viernes 14 de febrero fui a dar una charla a la Fundación Canal para colaborar con Junior Achievement España, una asociación que intenta fomentar el espíritu emprendedor entre los estudiantes de institutos y colegios.
Un marrón donde coincidí con Gonzalo Manrique de Iron Hack y tuve la oportunidad de conocer a Ruben Martín De Lucas, del colectivo de artistas urbanos Boamistura que provenían del mundo del graffiti.
Boamistura funciona como una empresa, una cooperativa que genera ingresos realizando murales y obras encargadas por distintas empresas e instituciones -desde el Bar La Bicicleta hasta el IFEMA– pero como todos los grandes proyectos, tiene una visión más que una simple función: creen que mejorar el entorno donde viven las personas, mejora su calidad de vida y su actitud ante la misma, apostando por la pintura como el medio más rápido y económico para transformar distintos espacios urbanos.
No veréis a Boamistura detrás de grandes obras faraónicas impulsadas por políticos megalómanos, sino trabajando mano a mano con los vecinos de un barriada humilde o una zona deprimida para intentar que el lugar donde viven sea un poco mejor, brochazo a brochazo. Por ejemplo, en el Barrio del Chorrillo, en Panamá.
Han actuado en distintos lugares del mundo -favelas de Rio, la Casbah de Argel, una plaza pública en la ciudad noruega de Hamar o el ghetto sudafricano de Khayelitsha- pero siempre con un objetivo común: dejar los sitios por los que pasan un poco mejor que como se los encontraron.
Pero para empezar a cambiar las cosas no hace falta coger un avión. Puedes empezar por tu ciudad, por tu barrio. Por eso podéis disfrutar de la obra de Boamistura en Madrid. Por ejemplo, en San Cristobal de los Ángeles, un barrio del sur de la ciudad con un 40% de población inmigrante:
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Mientras le comentaba a Ruben que siempre había creído que rodearte de cosas bonitas y útiles no sólo mejora tu calidad de vida, sino que también puede inspirarte -y, por eso, yo invierto en diseño- no podía dejar de pensar en algo que me obsesiona últimamente: lo importante que es para cualquier empresa alinear su modelo de negocio con su visión. Tener claro no sólo lo que hacen, sino por qué, más allá de simplemente ganar dinero. Una visión que puede ser más o menos modesta, pero a la que siempre podamos agarrarnos cuando las cosas se compliquen y no tengamos muy claro por donde tirar.