Recuerdo un proyecto en el que estuve involucrado y en el que propuse hacer público el roadmap del mismo. El resto del equipo gestor se me echó encima con el argumento de que eso podría dar pistas a nuestros competidores. En realidad, la misma estúpida idea que hay detrás de la cultura de los NDAs o acuerdos de confidencialidad del mundo startapil.
Pero yo creo que, proporcionar un roadmap público a nuestros proyectos, puede ser una poderosísima herramienta de marketing.
El roadmap público nos puede ayudar a gestionar las expectativas de nuestros usuarios y clientes, explicándoles que pueden esperar de nuestra aplicación y enganchándoles a la misma.
Además, el roadmap público es un auténtico generador de conversaciones que provoca comentarios, críticas y sugerencias por parte de nuestra audiencia, proporcionándonos una valiosísima información sobre que funcionalidades son las más importantes o deseadas.
Todo eso lo puede convertir en la piedra filosofal que nos dé las 3 Es del marketing social: engage, enable y evaluate. O, lo que es lo mismo:
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- Enganchar (a nuestra base de usuarios)
- Habilitar (los comentarios sobre nuestro desarrollo proyectado)
- Evaluar (la información proporcionada)
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Los enemigos del roadmap público argumentan que hacer públicas las fechas de entrega puede volverse en nuestra contra si no conseguimos acabar las funcionalidades a tiempo. Desde mi punto de vista, reconocer un retraso y hacerlo público con transparencia, es un refuerzo mucho más positivo que mantener a nuestros usuarios en la ignorancia y a nuestra nueva y fantástica funcionalidad oculta entre las sombras.
Un ejemplo de libro sobre como implementar un buen roadmap público es el tema de WordPress Launch Effect, que no solo muestra sus futuras funcionalidades, sino los bugs encontrados que deben ser resueltos. Todo con una sencillez y limpieza de diseño inauditas.
Yo soy partidario de hacer público todo el conocimiento que genere nuestro proyecto. La información y transparencia bien gestionadas pueden ser la herramienta de marketing más potente de la que disponga una startup.