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During that time, Comalatech has grown to become a company with sixteen employees – now seventeen with me – and 3 million dollar revenue per year, developing plugins that extend the functionalities of the Atlassian main products.
In 2017, the company turns 10, and in order to focus on the long-term vision of the company, Roberto has asked me to help him manage the new challenges Comalatech faces day by day:
- Develop the company strategy: Diversify our portfolio or narrow it to focus on the most profitable products? Continue to be fully attached to Atlassian or to explore other platforms? The future presents many paths to follow and, we have to draw the map to reach our goal.
- Scale the organization: With a growing staff and two development teams working in parallel, we have to improve our workflows and coordination to help grow in future.
- Improve internal and external communication: we have to be able to convey what we do and, above all, WHY we do it. Both within and outside the company.
And I have accepted the challenge. It will be a demanding job, but also exciting. Especially considering that Comalatech is a company that works 100% remotely. Although the core team is in Vancouver, it has employees in exotique places such as Australia, Estonia and Colindres, Cantabria.
I will miss my old comrades in Otogami and 8Kdata, but I am sure our paths will cross again in the future. We have not only shared a part of our career but also a set of values and a way of doing things that will come with us forever.
Those values are what have taken me to Comalatech, a company that has learned how to internalize perfectly that taking your work very seriously is not at odds with trying to have fun working, starting with knowing how to laugh at oneself. The video with which we have announced my hiring is already a full declaration of intentions:
Please, scroll down to watch the video
«Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo«. This is how the masterpiece of Juan Rulfo begins, and also my new and THRILLING adventure. Many thanks to all who are still traveling with me.
Because some of my new fellows don’t speak Spanish. I have also written an English version of this blog post.
8.428 km separan Madrid de Vancouver, sede de Comalatech, compañía de la que seré nuevo CEO a partir de hoy. Un largo camino que empecé a recorrer hace más de cinco años, cuando conocí por primera vez a Roberto, su fundador, propietario y -hasta hoy- CEO.
Durante ese tiempo, Comalatech ha crecido hasta convertirse en una empresa con dieciséis empleados -diecisiete, contando conmigo- que facturan alrededor de tres millones de dólares al año, desarrollando plugins que amplían las funcionalidades de los principales productos de Atlassian.
En 2017, la compañía cumple 10 años y, para poder centrarse en la visión a largo plazo de la misma, Roberto me ha pedido que le ayude a gestionar los nuevos desafíos a los que esta se enfrenta en el día a día:
- Desarrollar la estrategia de la compañía: ¿Diversificar el portfolio o acotarlo para centrarse en los productos más rentables? ¿Continuar ligados completamente a Atlassian o explorar otras plataformas? El futuro presenta muchos caminos a seguir y tenemos que dibujar el mapa para alcanzar nuestro objetivo.
- Escalar la organización: con una plantilla en crecimiento y dos equipos de desarrollo trabajando en paralelo, tenemos que consensuar, desarrollar y consolidar flujos de trabajo que nos ayuden a coordinarnos mejor y a crecer de forma ordenada.
- Mejorar la comunicación interna y externa: tenemos que ser capaces de transmitir qué hacemos y, sobre todo, por qué lo hacemos. Para dentro y para fuera.
Y he aceptado el reto. Es un trabajo exigente, pero también apasionante. Sobre todo teniendo en cuenta que Comalatech es una empresa donde se trabaja 100% en remoto. A pesar de que el núcleo del equipo esté en Vancouver, cuenta con empleados en sitios tan dispares como Australia, Estonia o Colindres, Cantabria.
Echaré de menos a mis antiguos compañeros en Otogami y 8Kdata, pero estoy seguro de que nuestros caminos se volverán a cruzar en un futuro. No hemos compartido sólo una parte de nuestro currículo sino también unos valores y una forma de hacer las cosas que nos acompañarán para siempre.
Precisamente esos valores son los que me han llevado a Comalatech, una compañía que ha sabido interiorizar a la perfección que tomarte muy en serio tu trabajo no está reñido con intentar divertirte trabajando, empezando por saber reírse de uno mismo. El vídeo con el que hemos anunciado mi nombramiento ya es una declaración completa de intenciones:
«Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo«. Así es como empieza la obra maestra de Juan Rulfo y, también, mi nueva y APASIONANTE aventura. Muchas gracias a todos los que seguís viajando conmigo.