Mucho gurú del Social Media asegura que, para difundir tu web por las distintas redes sociales, basta con colocar un par de botones en los que se lea «Me gusta» y «Compartir en Twitter». Una mamarrachez como un piano.
En realidad, conseguir que la gente comparta tu contenido es MUY difícil. Si queréis comprobarlo, intentad buscar los ratios de difusión (porcentaje de visitas a una web en las que se comparte contenido) de cualquier web. Es uno de los secretos mejor guardados por los webmasters que creen que, si les haces una foto o conoces sus datos de tráfico, les robarás su alma y les impedirás reunirse con el Gran Espíritu.
No os puedo dar el ratio de difusión exacto de Otogami porque aún tenemos que configurar los eventos de Google Analytics, pero os puedo dar una cifra aproximada: una soberana mierda.
De las 8.900 visitas que hemos tenido desde que lanzamos el alpha hace un mes, no creo que hayamos conseguido más de 10 clics en los botones sociales de juegos y especiales.
Y, una vez que he reconocido que somos tan losers como cualquiera, ¿qué podemos hacer? Pues… mejorar. Y tenemos algo de idea sobre cómo hacerlo. El anterior artículo de Bonillaware, por ejemplo, ha sido compartido más de 180 veces entre Twitter, Facebook, Google+ y LinkedIn.
Durante todos los años que llevo trabajando en esto, he identificado algunos patrones sobre lo que funciona y lo que no a la hora de intentar que la gente comparta contenido. Así que, aquí tenéis 4 bonitrucos para conseguir que la gente comparta tu contenido:
1. Crea contenido que mole
Parece de perogrullo, pero lo primero que tienes que hacer si quieres que la gente comparta tu contenido es crear algo que mole tanto como para que la gente lo comparta. No voy a escribir la enésima recomendación sobre cómo escribir un artículo atractivo sino que me voy a centrar en diseño de producto.
En el primer boceto de la ficha de producto de Otogami incluí 2 gráficos rechulones y rechingones: un histórico de precio del videojuego y un mapa de calor en base a calidad y precio de videojuegos similares. La verdad es que no veíamos muy clara la utilidad de ambos gráficos -al fin y al cabo, suponíamos que la gente sólo quería encontrar el mejor precio de un juego en concreto- pero buscamos El Efecto Wolfram Alpha, esa sensación de «¡esto es la pera limonera!» que te invade cuando ves los grafiquítos que Wolfram Alpha dibuja en cualquier búsqueda que hagas, por chorras que sean.
Si la gente no comparte tu contenido, no quiere decir que sea malo, pero es muy probable que tampoco esté dejando a nadie con el culo torcido de la impresión. Hay 27 zillones de webs haciendo lo mismo que tú. Tú veras si quieres destacar o ser uno más. Nosotros lo tenemos claro e incluiremos gráficos rechulones y rechingones.
2. Cuida la posición
Un fin de semana, el ratio de difusión de la Bonilista se disparó en comparación con lo que había conseguido hasta la fecha. ¿Por qué? ¿Había empezado a incluir fotos de gatitos? No. El único cambio que introduje fue repetir la botonera social al FINAL del contenido, en vez de al principio del mismo.
En realidad, tiene bastante sentido pedirle a la gente que comparta tu contenido sólo una vez que lo ha consumido y tiene capacidad de decidir si este tiene la calidad suficiente para ser difundido. Como mucho, se puede repetir la botonera social antes y después del contenido para reforzar la llamada a la acción o call to action como dicen los de Burgos.
No parece una idea muy descabellada cuando los expertos en marketing de Atlassian utilizan la misma estrategia…
3. Mima el diseño
Los scripts y widgets han hecho mucho daño. Todas las Redes Sociales tienen herramientas para que cualquiera pueda integrarlas fácilmente en su web y blog. El problema es que proporcionan una base, un diseño básico que encaja con calzador en todos los sitios y no se ajusta a ninguno. También existen cientos de barras o botoneras sociales que implementan lógica de difusión de contenido con mayor o menor acierto.
Lo ideal es crear un diseño propio que se adapte a la imagen de nuestro sitio web, pero tenemos que tener mucho cuidado. He comprobado que, después de años y años quemándose los ojos y achicharrando su cerebro con las mismas botoneras sociales chillonas, los usuarios han desarrollado una ceguera absoluta ante todos los elementos de diseño relacionados con la difusión de contenidos que no incluyan los logos y colores corporativos de las distintas Redes Sociales.
Os pongo un ejemplo claro y que conozco en primera persona: la botonera social de la web de las empanadas Milán Dopico. Un diseño sobrio y elegante con el que nos estamos comiendo los mocos.
No hay que olvidar nunca que un diseñador DISEÑA. Usa paletas de colores, tipografías y distribuye los elementos gráficos con el objetivo de crear la mejor experiencia de uso. La gente de negocio tenemos otros objetivos y, si hay que poner un botón grande y naranja para que la gente haga lo que queremos que haga, lo ponemos.
Como casi siempre, en el punto medio está la virtud y los mejores resultados se producen cuando diseño y negocio trabajan juntos, pero no debemos olvidar que un botón que nadie utiliza es un elemento gráfico que no funciona, por muy bonito que sea.
4. Trabaja la fontanería
Tu trabajo no acaba cuando consigues que la gente comparta tu contenido, sino que acaba de empezar. Tan importante como promover la difusión de tus contenidos es facilitar que esta se haga con calidad.
Para conseguirlo, los desarrolladores tenemos varias herramientas con las que ayudar a que otros entiendan qué queremos compartir y cómo queremos hacerlo. La más extendida es el protocolo Open Graph -creado por Facebook- con el que podemos convertir nuestra página web en un objeto que todas las Redes Sociales que implementen el protocolo puedan entender.
Tanto Facebook, Twitter como Google+ implementan Open Graph, aunque cada una de ellas tiene sus peculiaridades o incluso extensiones, como es el caso de las Twitter Cards.
El mayor problema en el trabajo con la fontanería de la difusión de contenido es que siempre dependes de un tercero para probar una intención que se basa en la pura prueba y error.
Epílogo
Conseguir que la gente comparta tu contenido es todo un reto, pero la recompensa es tan grande que merece la pena intentarlo. Los usuarios que difunden tu web no son solo un canal de tráfico inmediato sino, además, auténticos prescriptores que te presentan y validan ante su círculo social.
Seguiré intentando crear contenido que merezca la pena ser difundido voluntariamente. Si crees que con este artículo lo he conseguido y lo compartes, permíteme que te dé las gracias. Llegar a más gente siempre hace la conversación más interesante.