El año pasado, inventé los Boniawards con la intención de escribir una crónica diferente de la AOS 2010. Lo que nació como una simple broma, tuvo casi 10 veces más visitas que asistentes el propio evento.

Este año, resucité los Boniawards para tener una excusa con la que poder hablar de lo mejor del año. De mi año.

Es obvio que en los Boniawards soy arte y parte, espectador y jurado, que sólo puedo premiar lo que conozco y que ni siquiera tengo un criterio objetivo para conceder los premios.

Pero… [highlight]¿Y si este año los premios los eligiéramos entre todos?[/highlight] ¿Y si cualquiera pudiera nominar a sus candidatos? ¿Y si fijáramos una fecha para hacer públicos los premios y nos juntáramos para anunciarlos y celebrarlos?

Evidentemente, no estoy hablando de los Boniawards sino de otra cosa. De [highlight]unos galardones que prestigien el sector del desarrollo y el emprendimiento técnico[/highlight], transparentes, democráticos y, que nos dieran esa pátina de marketing, tan necesarios a veces para movilizar los recursos e instituciones, importantes para llevar a cabo cualquier iniciativa.

No es una iniciativa tan novedosa. Tenemos el gran ejemplo del Desafío Abredatos, un concurso que, no solo sirve para concienciar a la sociedad sobre la importancia de que los datos públicos estén disponibles para todos, sino que además es un magnifico impulsor para todo tipo de iniciativas de código abierto destinadas a usar dichos datos.

¿Conocéis alguna iniciativa similar en la que podamos elegir entre todos los mejores proyectos de desarrollo del año? ¿A los técnicos que más hayan destacado? ¿A la empresa más innovadora? Y, si no es así ¿Os parecería una buena idea? ¿Os gustaría organizar unos premios anuales?

Por cierto, como ya se desveló en la Bonilista, estos fueron los Boniawards de 2011 ¡Enhorabuena a los premiados!

• Cuenta de twitter del año: Al amazing @dev_enfurecido. El Pepito Grillo que el mundo del desarrollo y el emprendimiento necesitaba. Ácida, brutalmente franca y siempre divertida. Si no te escuece alguno de sus comentarios es que no eres de este mundo.
• Distinción al grupo local del año: Cachirulo Valley. Los aragoneses han marcado un nuevo estándar de calidad en lo que se refiere a grupos locales. Decenas de actividades, colaboración con las instituciones locales, blog, estrellas invitadas y… ¡Hasta organizaron una fiesta benéfica para recaudar fondos para Movember!
• Premio «Joselito» al técnico más prometedor del año: Guillermo Pascual, arma joven que colaboró en la creación del framework LungoJS y que ahora muda los dientes de leche en Youzee.
• Galardón «Wozniak» al técnico del año: Alberto Gimeno, alias Gimenete. Desarrollador con un currículo más extenso que el código Da Vinci. Antiguo fundador de Debug Mode On. Este año, además de participar en 1000 proyectos y conferencias, ha dado a la Comunidad iOS Boilerplate, una plantilla para crear aplicaciones para iOS. Un fiera.
• Empresa de desarrollo del año: Frogtek. Estos aragoneses están creando un software que puede cambiar la vida de millones de personas en el tercer mundo. Además, este año han ganado el prestigioso premio europeo Vodafone Mobile Click.
• Iniciativa para promover el emprendimiento: Tetuan Valley. Una escuela para aprender lo básico del emprendimiento tecnológico que cuesta cero, nada, gratis. Una de las mil iniciativas del incansable Luis Rivera.
• Emprendedor del año: Diego Mariño. De los pocos emprendedores en serie y en serio de este país y un tío siempre dispuesto a aprender y, lo que es más importante, enseñar. Ya completó el ciclo con Abiquo y lo está volviendo a hacer con Ducksboard.
• Startup del año: Cuentica. Un servicio imprescindible e impecable para autónomos y pequeñas empresas, con una atención al cliente exquisita y un funcionamiento sin tacha.
• Premio «Quijote» al negocio web sostenible y rentable: Deskontu. Frente a la promoción salvaje mal utilizada de los grupones y sus clones, Deskontu presenta un modelo de prescripción con nombre y apellidos que cuida con mimo cada oferta.
• Evento del año: Apache Barcamp Spain. Vale… puede que «el jurado» no haya sido muy imparcial en esta categoría porque era parte de la organización pero ¿Qué queréis que os diga? La gente fue fantástica, las ponencias rallaron a un alto nivel y la fiesta de despedida fue… ¡La madre de todas las fiestas!
• Mención especial del jurado por «toda una vida en las trincheras«: Alberto Molpeceres. Uno de los tipos con las ideas más claras del sector y una buena persona, siempre dispuesto a ayudar y darte una opinión sincera. El tipo de persona que te dice lo que debes oír no lo que quieres oír.