Por qué vendemos nuestra empresa con 1 año de vida (y está bien)

scroll

TL;DR – Hemos llegado a un acuerdo para vender Manfred, la empresa de recruiting que fundé hace algo más de un año, a Sngular.

En un par de meses, cuando cerremos todo el papeleo, los socios y empleados de Manfred venderemos todas nuestras participaciones a Sngular, una compañía de servicios informáticos a la que hemos estado vinculados desde nuestros orígenes, aunque pocos lo sepan.

Normalmente, en este tipo de operaciones no suele trascender mucha información, pero intentando honrar las ideas y valores que me han llevado hasta aquí, he querido compartir la historia detrás del titular, por si puede servir de ayuda y guía a aquellos que tengan que recorrer el mismo camino.

EL ORIGEN DE MANFRED

Manfred nació como una idea más simple que el asa de un cubo: si tenía reservas A MESES VISTA para publicar ofertas de empleo en la Bonilista -mi lista de correo- ¿por qué no desarrollar una app que me permitiera anunciar más ofertas? Serían solo 5 al día -para no taladrar a la gente- y con los mismos criterios de publicación que en la lista: el rango salarial, la ubicación y la empresa final deberían ser públicos.

Mientras daba vueltas a si debía desarrollar una versión de la app para cada plataforma o usar alguna tecnología que permitiera lanzarla en todas con una sola base de código -como por ejemplo React Native-, mi amigo Javi Santana me dijo: «¿Por qué no lanzas un grupo de WhatsApp? Mi primo tiene un canal de WhatsApp para vender repuestos de coches y SE ESTÁ FORRANDO«.

La idea me pareció absurda, pero me obligué a considerarla. Descarté WhatsApp por las limitaciones y problemas de privacidad que tenían sus Grupos, pero descubrí que un Canal de Telegram te permitía hacer broadcast a un grupo de suscriptores sin que estos tuvieran que verse entre sí. Había nacido Manfred Daily:

El Daily pronto empezó a sumar miles de suscriptores y generar ingresos, pero -aunque ultrasegmentado, usando un canal novedoso y con contenido cuidado- no dejaba de ser un pequeño «portal» de anuncios de empleo en donde las empresas no pagaban por el valor recibido sino por alquilar un espacio inmobiliario -si recibían curriculums, los 50€ que pagaban por publicación eran baratísimos. Si no recibían ninguno, era un precio carísimo- y yo quería crear un producto que aportara valor tanto a empresas como a candidatos.

NUESTRO SNGULAR PASADO

Después de salir de Comalatech, decidí darme algún tiempo para pensar cómo debería ser ese producto o servicio. Solo tenía clara una cosa, montara lo que montara, lo haría con recursos propios.

En aquel momento, mayo de 2018, Javier Martín -que ya trabajaba como Director de Innovación Abierta en Sngular- me invitó a que me pasara un día a conocer el s|Hub, el espacio para organizar eventos que habían montado en la oficina de Madrid, porque sabía que estábamos barajando nuevas ubicaciones para la Tarugoconf .

El S|Hub

Mientras dábamos vueltas por las instalaciones, nos encontramos con José Luis Vallejo -fundador y CEO de Sngular- que me preguntó en qué andaba liado. Cuando le expliqué lo que quería hacer con Manfred me hizo una proposición que no pude rechazar: «¿Por qué no te incrustas durante algún tiempo en nuestro departamento de People y ves de primera mano cómo buscan, contratan y gestionan talento técnico?«.

Era una oferta demasiado buena para ser real, pero lo era, y durante un par de meses estuve dando la tabarra a Mónica y Manuel, que me atendieron con infinita paciencia mientras iba modelando la idea de lo que sería Manfred. Hasta conseguí que Evaristo Nogales -el mismísimo Chief Strategy Officer de la compañía, y un tío con 400 años de experiencia en el sector- revisara los borradores de contratos open source que habíamos creado, tanto para candidatos como para empresas, y me ayudara a pulir sus aristas.

Para finales de junio me empecé a poner nervioso porque sentía que estaba invirtiendo «demasiado» tiempo en investigar en vez de ponerme a construir. Así que, decidí lanzar el MVP de Manfred el 15 de julio, justo antes de irme de vacaciones con la familia. Fue una colosal estupidez y un error que casi mata el proyecto antes de nacer.

Manifiesto de Manfred

(CASI) MORIR DE ÉXITO ANTES DE EMPEZAR

Ante mi sorpresa, en vez de las pocas decenas de correos que esperaba, empecé a recibir centenares de correos de candidatos y empresas cuando no tenía ni la más mínima infraestructura preparada. Por no tener, no tenía ni cuenta de correo, la cuenta de Manfred no era más que un alias de la de Bonillaware.

En septiembre la situación ya era insostenible. Había gente a la que contestaba con dos meses de retraso -contestar, que no atender- y no tenía horas suficientes para poder ponerme al día. Por si eso fuese poco, tuvimos que superar también la organización de la tarugo3. Los meses pasaban y, por un motivo o por otro, no conseguía cerrar ni un solo proceso de selección.

En octubre, me hicieron una entrevista en el podcast En.Digital en la que me sentí un auténtico impostor. Aún me duele escucharla.

Podcast En.Digital

EL PRIMER MANFREDITA

Llevaba más de seis meses sin facturar apenas nada y tirando de ahorros. En noviembre, Yago vino a verme para contarme que había recibido una buena oferta de trabajo y conocer mi opinión. Le conocía porque había sido voluntario en la Tarugo y, aunque apenas tenía 23 años, era maduro, resolutivo y un verdadero currante.

No tenía recursos para igualar la oferta, pero me pareció una oportunidad que no podía dejar pasar, así que le ofrecí que se viniera a trabajar conmigo -cobrando muchísimo menos- para que me echara una mano.

Si en seis meses no puedo pagarte lo mismo que en el otro sitio, entonces es que todo esto no tiene sentido y chaparemos el chiringuito. Si seguimos adelante, además te daré participaciones en la empresa. Mientras tanto, prometo enseñarte todo lo que pueda.

Yago aceptó y recuerdo que una de las primeras cosas que hice fue llamar a la gestoría para tomar las medidas necesarias para asegurar el pago de su nómina durante esos seis meses. Mientras tanto, veía cómo otros proyectos alrededor del recruiting técnico optaban por levantar inversión externa y montar potentes equipos. Por primera vez, me pregunté si no me habría equivocado por empeñarme en hacerlo todo con recursos propios y enfocarme en tener una empresa rentable desde el día 1. Esa era la situación de Manfred cuando, a finales de año, conseguimos por fin cerrar nuestro primer proceso de selección y Lluis se convirtió en el primer manfredita.

Lluis siempre dice que le cambiamos la vida. Que dejó un trabajo que no le gustaba y en el que todos los días empleaba hora y media en llegar y otra hora y media en volver porque no quería dejar su pueblo de toda la vida, en el que trabajaba su mujer como funcionaria y quería que se criaran sus hijos, por un trabajo remoto -en una startup que trabajaba con las últimas tecnologías- y mucho mejor remunerado, porque confiamos en él y le enseñamos a confiar en sí mismo. Lo que no sabe es que él también nos cambió la vida a nosotros.

Lluis nos ayudó a comprender la verdadera dimensión y alcance de lo que estábamos haciendo. Nuestro trabajo puede, para bien o para mal, transformar la vida de las personas. Es una enorme motivación para ir a trabajar todos los días y, también, una inmensa responsabilidad.

Golden Circle de Manfred

OPERACIÓN MORRIÑA Y RUMBO AL OESTE

La primera mitad de 2019 fue una locura. Uno a uno, fueron llegando Marina, Gorka y Jose. Y, uno a uno, fuimos cerrando decenas y decenas de procesos.

Nuestros amigos de Corunet nos pidieron que les echáramos una mano con su estrategia para captar y fidelizar talento que desembocó en una nueva versión de su web -donde se hacía pública la carrera profesional que se podía disfrutar dentro de la compañía y los rangos salariales que se iban alcanzando en la misma- y, sobre todo, en la Operación Morriña.

Web de Operación Morriña

Pero, sin duda, el proyecto que más impacto tendría en el futuro de la compañía fue Rumbo al Oeste. En enero, Evaristo me llamó para preguntarme si creía que podríamos echar una mano a Sngular para cerrar las posiciones que tenían abiertas en EEUU.

Una oferta para trabajar en otro país debe incluir un montón de información más allá de la propia del trabajo. ¿Qué trámites debo hacer? ¿Cómo me llevaré a mi familia? ¿Qué pasa si no nos adaptamos y todo sale mal? Para transmitirla adecuadamente les propusimos hacer una campaña completa y una serie de eventos en los que los candidatos pudieran resolver cualquier duda que tuvieran. Sorprendentemente, nos dijeron que sí.

Web de rumbo al oeste

Más allá del éxito de la campaña, Rumbo al Oeste nos permitió colaborar con un montón de gente dentro de Sngular y la sintonía entre los dos equipos fue PERFECTA, cooperando con total flexibilidad, humildad y transparencia para sacar las tareas adelante. El tipo de gente con la que te gustaría trabajar.

Creo, sinceramente, que este fue el verdadero germen de todo lo que estaba por llegar.

LA TARUGO4

El día a día de Manfred consumía todo nuestro tiempo. Candela tenía su propio trabajo en K Fund y nos echaba una mano con temas administrativos, pero no daba abasto. Era el PEOR momento de nuestra vida para mover la Tarugoconf de la que había sido su casa durante 3 años y escalar el evento de 150 a 700 personas, para atender la demanda de entradas de los suscriptores de la Bonilista.

Lanzamos la venta de entradas muy tarde, en junio, y las primeras 500 se agotaron en apenas 24 horas. Yo soy más inconsciente, pero a Candela le pudo la responsabilidad y me planteó dejar su trabajo para dedicarse al 100% a organizar la #Tarugo4 con unas mínimas garantías. Lo hizo, y pasó esto:

A toro pasado, parece maravilloso, pero si nos permitimos la sobrada de llevar a OBK fue porque no teníamos ni idea de cómo iba a salir todo y, ante la posibilidad de que todo fuera un desastre y esta la última Tarugoconf, me di el capricho de llevar a mi grupo favorito como broche de lujo.

Gracias al trabajo de MUCHA gente -sobre todo, el de Candela- la Tarugoconf no fue un desastre sino todo lo contrario, pero el éxito no salió gratis. Nuestra vida profesional y personal se resintió. Pasamos SEMANAS durmiendo 3-4 horas para poder encargarnos de todo e intentar que la actividad de Manfred se resintiera lo menos posible. El nivel de estrés de Candela llegó a tal punto que le salió un herpes zoster.

La #tarugo4 fue uno de las cosas más maravillosas de las que he tenido oportunidad de formar parte, pero dejó abiertas heridas que aún se están curando.

EL PROYECTO 444

En junio, en el evento de Rumbo al Oeste que organizamos en Sevilla, le conté a Evaristo lo que queríamos hacer con Manfred y -también- los problemas que estábamos sufriendo para hacerlo con el equipo del que disponíamos y tirando de recursos propios. Me dijo que debíamos explorar si tenía sentido que Sngular nos ayudara a alcanzarlos.

No le di mucha importancia, pensé que sería un simple gesto de cortesía, pero después de la #tarugo4 -aprovechando otro evento que celebramos en Madrid- Evaristo me convocó el 4 de diciembre a una reunión con Jose Luis Vallejo e Ignacio Garcia -4 personas en total- a las 4 de la tarde, para que habláramos sobre cómo Sngular podría potenciar a Manfred. Acababa de nacer el Proyecto 444.

La comunión fue TOTAL. Ellos no querían comprar una empresa para fagocitarla en la estructura corporativa de Sngular sino para potenciarla y enriquecer el ecosistema tecnológico que estaban creando -en el que, además de servicios informáticos, creían que debían formar parte formación, inversión y gestión de talento- con el maravillosamente loco y ambicioso objetivo de transformar el sector tecnológico en España. No menos loco y ambicioso que el de una empresa de 7 personas que quería «reinventar LinkedIn, pero bien».

Yo no quería que nos compraran para retirarme o sestear en una gran estructura sino para hacer cosas -más grandes y más rápido que si tuviéramos que hacerlo solos- con un ritmo de vida más sostenible. No quería volver a ver mi mujer consumida por el estrés ni estar semanas sin pasar al menos un par de horas al día con mis hijos.

Ellos no buscaban una compra mediática sino una pieza que les ayudara a completar ese ecosistema tecnológico. Tampoco querían un generador de candidatos para nutrir su negocio principal de consultoría informática sino dar servicio a esos candidatos. Y, para conseguirlo, no pretendían ni darme un papel decorativo ni que siguiera echando más horas que un reloj, sino ayudarme a trabajar mejor.

LA NEGOCIACIÓN

No seguimos ninguna de las pautas clásicas de negociación. Como la compañía no estaba en venta, no buscamos otros posibles compradores que pujaran entre sí y subieran la valoración. Por la misma razón, cuando Sngular nos pidió que pusiéramos un precio de venta no presentamos un acuerdo de máximos -para poder ceder algo en la negociación hasta llegar a un acuerdo «aceptable»- sino de mínimos, la cantidad mínima por la que venderíamos la compañía, que será por la que finalmente se venderá.

Si todo salió bien fue por la transparencia y confianza que hubo entre ambas partes, que trascendió, con mucho, lo profesional. Por ejemplo, recuerdo escribir a José Luis, Evaristo e Ignacio para explicarles que con la parte que me correspondería de la venta no pretendía hacer otra cosa que crear un mínimo colchón económico para mi familia y los cálculos que había hecho para definir ese colchón.

No puedo recomendar a nadie que siga nuestra no-estrategia de negociación, porque lo más probable es que solo le lleve al desastre, de la misma forma que no cambiaría nada de lo que hicimos. Supongo que todo depende de si estás negociando con un futuro socio o simplemente intentas vender un activo con la mayor valoración posible.

Si algo he aprendido de todo este proceso es que -efectivamente- las empresas se compran, no se venden.

EL PRECIO

La operación se cerrará en una cantidad calculada como un múltiplo del EBITDA de Manfred en 2019 (alrededor de 250.000€) y una parte importante de la misma se pagará con participaciones de Sngular, de la que pasaré a ser socio.

No hay compromiso de permanencia ni variable vinculado a objetivos. El acuerdo es el que es.

Mi amigo Tomás Santoro publicó todas las cifras de la venta de SumaCRM, y he estado meditando hacer lo mismo, pero después de muchas vueltas hemos decidido no hacer pública la cifra final, sobre todo, pensando en los niños. Tanto Candela como yo crecimos sin saber el dinero que tenían nuestros padres, nunca contamos con ese posible patrimonio y queremos proporcionarles la misma educación a nuestros hijos. Este es un tema que da para un debate muy interesante.

Lamentablemente, la ausencia de información da paso a la suposición, así que sospecho que la cifra que muchos imaginaran será -con mucho- muy superior a la finalmente recibida.

Mentiría si dijera que no recibimos una cantidad importante -al menos, para mí, lo es-, pero Manfred no es una empresa tecnológica -aún no- sino de servicios, así que que nadie espere una valoración de startup ni un pelotazo. No cambiará la vida de ninguno de los involucrados en la operación -todos los empleados de Manfred recibirán una participación de la venta, aunque no sean socios de la compañía- y tampoco la mía.

EL FUTURO

Vendemos Manfred para convertirlo en lo que siempre quisimos que fuera y Sngular nos compra porque cree que la gestión de talento es una pieza clave en su visión de ese ecosistema tecnológico en el que se quiere convertir. Esperamos que cada uno sirva de catalizador del otro.

Todo suena muy bonito y marketiniano, pero DE VERDAD queremos hacerlo, así que, hemos dado los pasos necesarios para que Manfred no acabe siendo una entrada más en OurIncredibleJourney:

  • Manfred continuará prestando sus servicios a manfreditas y empresas como hasta ahora.
  • Manfred continuará siendo una sociedad independiente con su propio equipo, clientes, proveedores y cuenta de resultados.
  • Manfred mantendrá todo su equipo (y lo ampliará a lo largo de 2020)
  • Manfred seguirá operando como una compañía remota y nuestra oficina seguirá estando en el coworking de Cink, en Paseo de la Castellana 194
  • Manfred continuará compartiendo sus cuentas, actividades y planes con su Comunidad.
  • Sngular no solo se compromete a honrar y respetar los valores de Manfred, sino que ha accedido a incluir el compromiso ético de la compañía en la mismísima escritura de compraventa, que marca directrices muy claras sobre cómo actuar en caso de que la misma sea vendida.
  • Sngular se compromete a una inversión adicional de 500.000€ para construir una plataforma tecnológica -el Proyecto Asgard- que sirva como base para completar la visión de Manfred.
  • Sngular conoce y está alineada con la Hoja de Ruta de Manfred y ayudará a la misma a seguirla y cumplirla.

Hoy es un día para celebrar lo logrado. Mañana, volveremos al trabajo como siempre. Porque nos gusta lo que hacemos. Porque nos gusta cómo lo hacemos. Porque nos queda mucho por hacer.